Carles Pérez en recuperación tras una dolorosa mordedura

La noticia ha conmocionado al mundo del fútbol: Carles Pérez, actual jugador del Aris de Salónica y cedido por el Celta de Vigo, se encuentra en proceso de recuperación tras haber sufrido una mordedura en los genitales por parte de un perro. 

El incidente, tan insólito como doloroso, ha sido confirmado por medios griegos y españoles, y ha generado preocupación tanto en su entorno profesional como entre los aficionados.

Carles Pérez fue atendido en una clínica privada de Tesalónica tras el ataque, ocurrido cuando paseaba a su perro y otro can lo agredió. Afortunadamente, su estado no reviste gravedad quirúrgica, aunque las heridas sufridas obligan a una recuperación supervisada. 

El futbolista catalán deberá mantenerse alejado del terreno de juego por tiempo indefinido, perdiéndose así el próximo compromiso de su equipo. Conoce todos los detalles sobre esta noticia. 

¿Qué le pasó a Carles Pérez?

El extremo español fue víctima de un accidente doméstico bastante inesperado. Mientras paseaba tranquilamente a su perro, otro animal lo atacó de forma repentina. En un intento de separar a los animales, Carles Pérez fue mordido en una zona extremadamente delicada, lo que le provocó cortes profundos en los genitales.

Según reportes de su actual club, el Aris de Salónica, el jugador recibió al menos seis puntos de sutura en la zona afectada. Aunque no fue necesario intervenir quirúrgicamente, los médicos han determinado un seguimiento constante de su evolución, dadas las características sensibles de la lesión.

Su estado de salud y evolución

Pese a la gravedad del lugar de la herida, Carles Pérez ha podido regresar a su domicilio tras una primera evaluación médica. El cuerpo médico del Aris ha indicado que el jugador se encuentra bajo supervisión y que, si no surgen complicaciones, podrá retomar sus actividades gradualmente.

Por ahora, se perderá el próximo partido contra el Araz, aunque lo más importante es que el incidente no ponga en riesgo su carrera a largo plazo. Desde su entorno se ha enviado un mensaje de tranquilidad, asegurando que el jugador se está recuperando “con buen ánimo y fortaleza”.

¿Cómo afecta este accidente a su carrera?

Carles Pérez fue cedido al club griego con la intención de seguir creciendo como profesional tras su paso por el Getafe. El jugador, que se formó en la cantera del FC Barcelona, había comenzado a integrarse en su nuevo equipo cuando se produjo este lamentable incidente.

Aunque se espera que la lesión no tenga consecuencias permanentes, su regreso a la actividad deportiva dependerá del ritmo de recuperación y la ausencia de infecciones u otras complicaciones. El Aris confía en poder contar con él próximamente, aunque no se ha establecido una fecha concreta para su vuelta.

¿Qué hacer en caso de mordedura de perro?

Un ataque canino puede resultar grave, sobre todo si afecta zonas sensibles del cuerpo. En casos como el de Carles Pérez, es fundamental seguir estos pasos:

1. Limpieza inmediata: Lavar la herida con agua y jabón para reducir el riesgo de infección.
2. Desinfección profunda: Aplicar antisépticos y acudir rápidamente a un centro médico.
3. Atención profesional: Las mordeduras pueden requerir sutura, antibióticos y, en casos graves, vacunas antitetánicas o antirrábicas.
4. Monitoreo continuo: Especialmente si la mordida se ubica en zonas vulnerables, se deben hacer controles para descartar complicaciones.

Además, si el perro agresor no tiene dueño conocido, es crucial notificar a las autoridades sanitarias para evaluar el riesgo de enfermedades transmisibles.

¿Qué dice su entorno?

Desde el club griego han confirmado el incidente y asegurado que el jugador recibe todo el apoyo médico necesario. Por su parte, ni el jugador ni el Celta de Vigo han emitido declaraciones públicas al respecto, pero se sabe que Carles Pérez se encuentra de buen ánimo dentro de lo que permite la situación.

Muchos aficionados y compañeros de profesión han expresado su solidaridad a través de redes sociales, destacando la valentía del jugador al intervenir para proteger a su mascota, a pesar del riesgo que ello implicaba.